La pasión por la danza flamenca lleva a la cineasta india-americana a Jerez (España). Los encuentros con los gitanos y los “payos” florecen en amistades y la cineasta trata de entender el Síndrome de Flamenco: la inexplicable seducción por las canciones misteriosas y por la adicción a la danza. A medida que la música penetra en sus poros, la cineasta se encuentra profundamente transformada por las canciones, el baile, la gente y los paisajes. La película reflexiona sobre cómo cantar las canciones de otros y en el proceso revela la esencia de uno en una cultura extranjera y predominantemente gitana que tiene una atracción increíble.